sábado, 15 de diciembre de 2007

O GATO MALHADO E A ANDORINHA SINHÁ

PARTE UNO
Es vispera de navidad, es una época del año especial, no por lo que significa para mi, como parte del mundo occidental, sino que porque el ambiente esta lleno de sensaciones y emociones a flor de piel.
Por esta vez dejaré de lado mi target en este blog, para dar paso al GRAN ESPECIAL DE NAVIDAD.
Quiero compartir en esta oportunidad otra de mis aficiones; la lectura. Debo reconocer que hace un tiempo que no he tenido la oportunidad de volverme a encantar con la pluma de algún escritor. Pero hoy, en tiempo de adviento encontré entre mis recuerdos esta historia que estoy seguro le robará el corazón a más de alguno.

Voy a abrir un hueco en la pared de la cultura criolla, para dejar entrar con toda su frescura, picardia y genialidad al maestro de la prosa brasileira O SENHOR JORGE AMADO.


JORGE AMADO es uno de los más queridos escritores del Brasil. Este novelista Bahiano ha sellado en la piel y en el inconciente colectivo a todo latinoamericano asiduo a la buena lectura con su opera prima "dona Flor e seu dois maridos" quedando archivado en la retina de cada lector que gozo la obra. Amado es sin duda el brasileiro que más premios de literatura ganó y que más libros se le han traducido a nivel mundial. Yo en mi humilde ignorancia he leido muy podo de él. otras obras que le conozco son " Tieta do agreste", "El pais del carnaval" (obra con la que se hizo famoso)y "o gato malhado e a andorinha sinhá" en español el gato manchado y la golondrina Sinhá. en la cual me voy a detener para celebrar este especial de navidad.

La verdad no puedo ser tan rostro de madera, como para traducir al español sin errores una obra tan bella, pero como no conozco el libro en español, (no me extrañaria que en Chile no estuviese) me remitiré a traducir una obra que encontré revolviendo unos antiguos documentos.

PD: Por respeto a los traductores, a los hablantes de la lengua portuguesa y al señor Amado dejaré el fragmento en portugues debajo de cada comentario que escriba en español, para contarles la hermosa historia de "O gato malhado e a andorinha Sinhá".El gato manchado y la golondrina Sinha

PD2: "O gato malhado e a andorinha Sinhá" es un hermoso cuento para niños que escribió Amado a su hijo Joao Jorge.

PD3: Lamentablemente Jorge Amado ya no existe en esta vida desde el 6 de agosto del 2001 murio a los 88 años de edad, nacio en 1912.



PD4: Este texto estuvo perdido mucho tiempo, y solo en el 78 se conocio su primera edición.
Cito a Amado: “El texto esta editado como lo escribi en Paris, hace ya casi treinta años, si pudiese intervenir en el, tendría que re escribirlo por completo, haciendolo perder su única cualidad; La de haber sido escrito simplemente por el placer de escribirlo, sin ninguna obligación de publico ni de editor.” Agosto de 1976

PD5: "O gato malhado e a andorinha Sinhá"es una historia de amor.

viernes, 14 de diciembre de 2007

INTRODUCCION

PARTE DOS
Introducción

Esta es la historia de un gato que se enamoró de una golondrina, cuasando extrañeza entre todos los otros animales que habitaban en el parque. La golondrina está comprometida con el Ruiseñor, pero al mismo tiempo, insentiva el amor del gato. Acontecieron juramentos, el gato escribio poemas, ellos salian juntos apesar que los otros condenaran ese amor imposible.


El gato manchado y la golondrina Sinhá
Erase una vez, hace tiempo, hace mucho tiempo, en las profundidades del pasado, cuando los animales hablaban, los cachorros eran amarrados con correas de longaniza, los pájaro se casaban con princesas y los niños llegaban en una bolsa en el pico de las cigüeñas.
Hoy los niños y las niñas nacen sabiendolo todo, aprenden en el vientre materno, donde se hacen sicoanalizar para escoger cada cual un complejo grupo de cosas preferidas, angustias, soledades,violencia.
Sucedio en aquel tiempo una historia de amor. La historia que le conto la mañana al tiempo para ganar la rosa azul, fue la historia del gato manchado y de la golondrina Sinhá.
La mañana la escucho del viento, susurrada con enigmatica expresión y con algunos suspiros, con voz lamentosa y un poco triste.
Yo la trascribo aqui, porque la he oido del ilustre sapo Cururu que vive en la cima de una piedra, en medio del musgo, a la orilla de un lago de aguas podridas, en un paisaje inhospito y desolado. Viejo compañero del viento, el eminente sapo Cururu me conto el caso, para probar la irresponsabilidad de su amigo el viento: Desperdiciandose en fantasias en vez de utilizar el tiempo de sus largos viajes al extranjero, en estudiar; comunicación, sanscrito o acupuntura, asuntos de noble provecho. El sapo Cururu es doctor en filosofía, catedrático de la lengua y la expresion corporal, cultor del rock, miembro de la escuela de derecho, corresponsal y beremérito de academias nacionales y extranjeras, famoso en varias lenguas muertas.

Si la narración no les va a parecer bella, no es culpa ni del viento ni de la mañana, mucho menos del sapiente sapo Cururu, doctor honoris causa. Puesto que en el habla de la gente no hay historia que resista y que conserve su encanto puro, se pierde la musica y la poesia del viento.

Continuará...


Introdução
Esta é a história de um gato que se apaixona por uma andorinha causando estranheza em todos os outros animais que habitavam um parque. A Andorinha está prometida ao Rouxinol mas, ao mesmo tempo, incentiva o amor do Gato. Acontecem juras, o Gato escreve poemas, eles passeiam juntos enquanto as outras personagens condenam o amor impossível.
O Gato Malhado e a Andorinha Sinhá
“Era uma vez antigamente, mas muito antigamente, nas profundezas do passado, quando os bichos falavam, os cachorros eram amarrados com linguiça, alfaiates casavam com princesas e as crianças chegavam no bico das cegonhas. Hoje os meninos e meninas já nascem sabendo tudo, aprendem no ventre materno, onde se fazem psicanalisar para escolher cada qual o complexo preferido, a angústia, a solidão, a violência. Aconteceu naquele então uma história de amor.A história que a Manhã contou ao Tempo para ganhar a rosa azul foi a do Gato Malhado e da Andorinha Sinhá: ela a escutara do Vento, sussurrada com enigmática expressão e alguns suspiros – a voz plangente. Eu a transcrevo aqui por tê-la ouvido do ilustre Sapo Cururu que vive em cima de uma pedra, em meio ao musgo, na margem de um lago de águas podres, em paisagem inóspita e desolada. Velho companheiro do Vento, o eminente Sapo Cururu contou-me o caso para provar a irresponsabilidade do amigo: desperdiça-se o Vento em fantasias em vez de utilizar as longas viagens pelo estrangeiro para estudar comunicação, sânscrito ou acupunctura, assuntos de nobre proveito. O Sapo Cururu é Doutor em Filosofia, Catedrático de Linguística e Expressão Corporal, cultor de rock, membro de direito, correspondente e benemérito de Academias nacionais e estrangeiras, famoso em várias línguas mortas. Se a narração não vos parecer bela, a culpa não é do Vento nem da Manhã, muito menos do sapiente Sapo Cururu, doctor honoris causa. Posta em fala de gente não há história que resista e conserve o puro encanto; perdem-se a música e a poesia do Vento.”

jueves, 13 de diciembre de 2007

CAPITULO 1

PARTE TRES

LA ESTACIÓN DE LA PRIMAVERA



Cuando la primavera llego vestida de azul, de colores y de alegria, olorosa de perfumes sublimes, desabrochando las flores y vistiendo a los árboles de ropajes verdes, el gato manchado estiro los brazos y abrio sus ojos pardos, ojos feos o malos. Feos y malos era la opinión general, tambien decian que los ojos del gato manchado reflejan maldad, y asi, todo corpulento fuerte y agil, de rayas negras y amarillas. Se trataba de un gato de edad media, ya distante de la primera juventud, cuando amaba correr por entre los árboles, vagabundear por los tejados, maullaudo a la luna, llenandola de canciones de amor, ciertamente picarescas y relajadas.
Nadie podia imaginarlo, entonando canciones romanticas y sentimentales.
En aquellos alrededores no existia criatura mas egoista e solitaria. No mantenia relaciones de amistad con sus vecinos y casi nunca respondia a los raros cumplidos que por miedo y no por gentileza algunos paseantes le dirigian.
refunfuñaba de mal humor y volvia a cerrar los ojos, como si todo su alrededor le molestara.
Al gato manchado nadie se acercaba, las flores se cerraban si el se aproximaba en su dirección, dicen que cierta vez derrumbo con una patada, un timido lirio blanco del cual todas las rosas se habian enamorado. nadie presento pruebas, pero ¿ quien podia poner en duda la ruindad del gato mañoso?
Las avses ganaban altura al volar en las inmediaciones del escondite donde él dormia. murmuraban inclusive que el gato manchado habia sido el malvado, quien se habia robado al pequeño Sabiá (un pajarito del Brasil de canto melodioso) de su nido de entre las ramas de un árbol. Mamá Sabiá al no encontrar a su pequeño hijo al cual le traía su alimento, se suicido ensartando su pecho en las espinas del Mandacaru. Un entierro triste y aquel dia muchas maldiciones fueron pronunciadas a favor del gato manchado.
Pruebas no existieron, peo ¿Quien otro pudo haber sido? bastaba mirar la cara del villano para localizar al asesino. Bicho feo ese...
Um gato malo, malo y egoista. Se levantaba por la mañana sobre las plantas, para que el sol lo calentase, pero apenas el sol subía al cielo, él lo abandonaba por cualquier sobra cariñosa. Ingrato...
Debo decir, para ser exacto que el gato manchado no tomaba conocimiento de lo mal que hablaban de él. si lo sabía no le importaba, pero es posible que ni supiese que era tan mal visto. pues casi no conversaba con nadie, a no ser en ciertas ocaciones con la vieja lechuza, a pesar de eso la lechuza, cuyas opiniones eran muy respetadas, debido a su edad, acostumbraba a decir que el gato manchado no era tan malo asi, tal vez todo eso no pasase más allá de la incomprensión general. Los demas oian, movian la cabeza y a pesar del respeto que le tenian a la lechuza, preferian seguir evitando al gato manchado.









CONTINUARA...


A estaçao da primavera

Quando a primavera chegou vestida de luz, de cores e de alegria, olorosa de perfumes subtis, desabrochando as flores e vestindo as árvores de roupagens verdes, o Gato Malhado estirou os braços e abriu os olhos pardos, olhos feios e maus. Feios e maus, na opinião geral. Aliás, diziam que não apenas os olhos do Gato Malhado reflectiam maldade, e sim, todo o corpanzil forte e ágil, de riscas amarelas e negras. Tratava-se de um gato de meia-idade, já distante da primeira juventude, quando amara correr por entre as árvores, vagabundear nos telhados, miando à Lua Cheia canções de amor, certamente picarescas e debochadas. Ninguém podia imaginá-lo entoando canções românticas, sentimentais.Naquelas redondezas não existia criatura mais egoísta e solitária. Não mantinha relações de amizade com os vizinhos e quase nunca respondia aos raros cumprimentos que, por medo e não por gentileza, alguns passantes lhe dirigiam. Resmungava de mau humor e voltava a fechar os olhos como se lhe desagradasse todo o espectáculo em redor. (…)Do Gato Malhado ninguém se aproximava. As flores fechavam-se se ele vinha em sua direcção: dizem que certa vez derrubara, com uma patada, um tímido lírio branco pelo qual se haviam enamorado todas as rosas. Não apresentavam provas mas quem punha em dúvida a ruindade do gatarraz? Os pássaros ganhavam altura ao voar nas imediações de esconso onde ele dormia. Murmuravam inclusive ter sido o Gato Malhado o malvado que roubara o pequeno Sabiá, do seu ninho de ramos. Mamãe Sabiá, ao não encontrar o filho para o qual trazia alimento, suicidou-se enfiando o peito no espinho de um mandacaru. Um enterro triste e naquele dia muitas pragas foram pronunciadas em intenção do Gato Malhado. Provas não existiam, mas que outro teria sido? Bastava olhar a cara do bichano para localizar o assassino. Bicho feio aquele. (…)Um gato mau. Mau e egoísta. Deitava-se pela manhã sobre o capim para que o Sol o esquentasse, mas, apenas o Sol subia ao céu, ele o abandonava por qualquer sombra cariciosa. Ingrato. (…)Devo dizer, para ser exacto, que o Gato Malhado não tomava conhecimento do mal que falavam dele. Se o sabia não se importava, mas é possível que nem soubesse que era tão mal visto., pois quase não conversava com ninguém, a não ser, em certas ocasiões, com a Velha Coruja. Aliás, a Coruja, cujas opiniões eram muito respeitadas devido à sua idade, costumava dizer que o gato Malhado não era tão mau assim, talvez tudo isso não passasse de incompreensão geral. Os demais ouviam, balançavam a cabeça, e, apesar do respeito que tinham à coruja, continuavam a evitar o gato malhado.

miércoles, 12 de diciembre de 2007

FIN DEL CAPITULO 1

PARTE CUATRO

INICIO DE LA ESTACIÓN DE LA PRIMAVERA

Asi vivía el gato manchado, cuando la primavera entro al interior del parque, en un despilfarro de colores, de aromas, de melodias. Colores alegres, aromas para aturdirse, sonoras melodias. El gato manchado dormía cuando la primavera irrumpio, repentina y poderosa. Pero su presencia era tan insitente y fuerte que desperto de su sueño sin sueños, abrió sus ojos pardos y estiro sus brazos. El pato negro, que casualmente lo miraba, casi cayo esmayado de espanto porque tuvo la impresión de que el gato manchado estaba sonrriendo. fijo su vista, llamo la atención de la pequeña pata blanca: - ¿no te parece que se está riendo? -Santo Dios! Se está riendo... Jamás lo habia visto reir. La pequeña pata blanca tuvo que poner su mano en el corazón, tan espantada estaba con aquella risa en la boca feroz del gato manchado.

Reia por la boca, y lo que era aún mas inexplicable, reia también por sus ojos pardos.

Derepente comenzo a revolcarse sobre el pasto, como si fuera un jóven gato adolecente, solto un maullido que más parecia un gemido. Fue una emoción general por todo el parque. La gallina Carijó que pasaba cerca con su bandada de pollitos dorados, grito: Uy! y se desmayo en los brazos de sus hijos.

El gallo don juan de Rhode Island, vino corriendo a ver que habia sucedido. De todas las gallinas de su harém, la Carijó era su preferida.

La ayudo a levantarse y allí lanzo su canto de guerra y de protesta, igual que una diana, cuando una vez más el gato manchado se revolco en el pasto y lanzó otro maullido... Ay mi Dios un maullido romantico. ¡Imposible!...

- Creo que enloquecio- Diagnostico una planta medicinal que tenia fama de ser buen médico.

- El se está preparando para una nueva maldad...- Susurro la gallina Carijó, repuesta del ataque de pánico, aparto hacia un lado a los pollitos y al don juan de Rhode Island.

Entre tanto el gato manchado se levanto, estiro los brazos y las piernas, erizo el dorso para captar mejor el calor subitamente dulce del sol, abrio sus fosas nasales para respirar profundo los nevos olores que rondaban en el aire, dejo que todo su rostro feo y malo se abriese en una cordial sonrisa para las cosas y los seres de su entorno. Comenzo a caminar. Sucedió entonces una estampida general...

Toda esa estampida hizo un gran alboroto, llamando la atención del gato manchado. Miro espantado, ¿por que huian todos si era tan bello el parque en el tiempo de la llegada de la primavera? No había tempestad, no corria viento frio botando las hojas, la lluvia no caia en lagrimas sobre los tejados. ¿ Como huir y esconderse cuando la primavera llegaba trayendo consigo toda la dulcura de vivir?
¿Será que la cobra cascabel habia vuelto?, ¿habia osado retornar al parque?

El gato manchado busco con los ojos. Si fuese ella, le daria ahí una nueva lección para que no volviera jamas a robar huevos, botar pájaros de los nidos, comer pollitos y tragar palomas. Pero no la Cascabel no estaba. El gato manchado refleccionó. Y comprendió, entonces que huian de él, hacia tanto tiempo que no lo oian maullar ni sonreir que ahora se amedrentaban. Fue una triste constatación. Primero dejo de reir, pero después encongió sus hombros en un gesto de indiferencia.

Era un gato orgulloso, poco le importaba lo que pensasen de él. Hasta guiño – un gesto un poco forzado- un ojo malandro hacia el sol, y ese gestim aún mas inesperado, hizo que la enorme piedra, que hacia muchisimos años vivia en las proximidades del lugar donde el gato estabam rodo corriendo para el campo.El gato manchado respido llenando sus pulmones, la primavera rcien llegaba. Se sentia liviano, queria decir palabras sin compromiso, de andar sin rumbo, inclusive hasta conversar con alguien. Miro una vez más con sus ojos pardos, pero no vio a nadie. Todos habian huido.

No, todos no. En una rama de un árbol la golondrina sinhá piaba y sonrreia al gato manchado. Solamente ella no habia huido. Desde lejos sus padres la llamaban con nerviosos gritos. Y desde sus escondites, todos los habitantes del parque miraban espantados a la golondrina Sinhá que le sonrreia al gato manchado. Entorno estaba la primavera, el sueño de un poeta.

LA GOLONDRINA SINHÁ

Cuando ella paseaba, risueña y coqueta, no habia pajaro en edad de casarse que no suspirase por ella. Era muy jóven aún, pero donde quisiera que estuviese, luego se acercaban todos los jóvenes del parque. Le hacian declaraciones, le escribian poemas, el ruiseñor, un conquistador afamado, venia al claro de luna a cantar serenata en su ventana. Ella reia con todos, con todos se daba, no amaba a nadie. Libre de todas las preocupaciones volaba de árbol en árbol por el bosque. Curiosa y conversadora, inocente d ecorazón. A decir verdad, no existia, en ninguno de los parques por alli cerca, golondrina tan bella ni tan gentil, como la golondrina Sinhá.

CONTINUARA...

Assim vivia ele quando a Primavera entrou pelo parque adentro, num espalhafato de cores, de aromas, de melodias. Cores alegres, aromas de entontecer, sonoras melodias. O Gato Malhado dormia quando a Primavera irrompeu, repentina e poderosa. Mas sua presença era tão insistente e forte que ele despertou do seu sono sem sonhos, abriu os olhos pardos e estirou os braços. O Pato Negro, que casualmente o olhava, quase caiu de espanto porque teve a impressão de que o Gato Malhado estava sorrindo. Fixou o olhar, chamou a atenção da pequena Pata Branca:- Não parece que ele está rindo?- Santo Deus! Está rindo mesmo…Jamais o tinham visto rir. A pequena Pata Branca necessitou botar a mão sobre o coração, tão espantada estava com aquele riso na boca feroz do Gato Malhado. Ria pela boca, e, o que era ainda mais inexplicável, ria pelos olhos pardos também.De repente rebolou-se na grama como se fora um jovem gato adolescente, soltou um miado que mais parecia um gemido. Foi uma emoção geral pelo parque. A Galinha Carijó, que passava perto com sua doirada ninhada de pintos, gritou:- Ui! – e desmaiou nos braços dos filhos.O galo Don Juan de Rhode Island veio correndo ver o que tinha acontecido. De todas as galinhas de seu harém, a Carijó era a preferida. Ajudou-a a levantar-se e ia lançar seu canto de guerra e de protesto, igual a uma clarinada, quando mais uma vez o Gato Malhado rebolou-se sobre a grama e miou outro miado… Ai, meu Deus, um miado romântico. Impossível! (…)- Creio que ele enlouqueceu… - diagnosticou o Pé de Mastruço que tinha fama de ser bom médico.- Ele está é preparando alguma nova maldade… - sussurrou a Galinha Carijó, refeita do faniquito, arrastando consigo para longe os pintainhos e Don Juam de Rhode Island.Enquanto isso o Gato Malhado levantou-se, estirou os braços e as pernas, eriçou o dorso para melhor captar o calor do sol subitamente doce, abriu as narinas para aspirar os novos odores que rolavam no ar, deixou que todo o rosto feio e mau se abrisse num sorriso cordial para as coisas e os seres em torno. Começou a andar.Aconteceu então uma debandada geral. (…) Toda essa correria fez um certo ruído, despertando a tenção do gato Malhado. Olhou espantado, por que fugiam todos se era tão belo o parque naquela hora da chegada da Primavera? Não havia tempestade, não corria o vento frio derrubando as folhas, a chuva não desabava em lágrimas sobre os telhados. Como fugir e esconder-se quando a Primavera chegava trazendo consigo a doçura de viver? Será que a Cobra Cascavel havia voltado, havia ousado retornar ao parque? O Gato malhado procurou-a com os olhos, Se fosse ela, dar-lhe-ia nova lição para que jamais ali viesse roubar ovos, tirar pássaros dos ninhos, comer pintos e pombas-rolas. Mas não, a Cascavel não estava. O Gato Malhado refletiu. E compreendeu então que fugiam dele, há tanto tempo não o ouviam miar nem sorrir que agora se amedrontavam.Foi uma triste constatação. Primeiro deixou de sorrir, mas depois encolheu os ombros num gesto de indiferença. Era um gato orgulhoso, pouco lhe importava o que pensassem dele. Até piscou – num gesto um pouco forçado – um olho malandro para o Sol, e esse gesto, ainda mais inesperado, fez com que a enorme Pedra, que há muitíssimos anos residia nas proximidades do lugar onde o Gato estava, rolasse correndo para o mato.O Gato Malhado aspirou a plenos pulmões a Primavera recém-chegada. Sentia-se leve, gostaria de dizer palavras sem compromisso, de andar à toa, até mesmo de conversar com alguém. Procurou mais uma vez com os olhos pardos, mas não viu ninguém. Todos haviam fugido.Não, todos não. No ramo de uma árvore a Andorinha Sinhá fitava o Gato Malhado e sorria-lhe. Somente ela não havia fugido. De longe seus pais a chamavam em gritos nervosos. E, dos seus esconderijos, todos os habitantes do parque miravam espantados a Andorinha Sinhá que sorria para o Gato Malhado. Em torno era a Primavera, sonho de um poeta.


A Andorinha Sinhá


Quando ela passava, risonha e trêfega, não havia pássaro em idade casadoira que não suspirasse. Era muito jovem ainda, mas, onde quer que estivesse, logo a cercavam todos os moços do parque. Faziam-lhe declarações, escreviam-lhe poemas, o Rouxinol, seresteiro afamado, vinha ao clarão da lua cantar à sua janela. Ela ria para todos, com todos se dando, não amava nenhum. Livre de todas as preocupações voava de árvore em árvore pelo parque, curiosa e conversadeira, inocente coração. No dizer geral não existia, em nenhum dos parques por ali espalhados, andorinha tão bela nem tão gentil quanto a Andorinha Sinhá.”


(continua)








martes, 11 de diciembre de 2007

CONTINUACION DE LA ESTACIÓN DE LA PRIMAVERA

PARTE CINCO

CONTINUACION DE LA ESTACION DE LA PRIMAVERA


"En todos lados era primavera, el sueño de un poeta. El gato manchado tuvo que decirle algo a la golondrina Sinhá. Se sentó en el suelo, se aliso los bigotes, y apenas pregunto:
- Tu no huiste con los otros?
- Yo? huir? No tengo miedo de ti, los demás son todos unos cobardes… Tu no me puedes alcanzar, no tienes alas para volar, eres un gordinflón, loco y sin juicio además feo. Y mira que feo.
- Feo, yo?
El gato manchado rió, risa espantosa de quien no estaba acostumbrado a reir, y esta vez hasta los árboles más valientes, como el pau Brasil – un gigante- se estremecieron.
Ella lo insulto y él la va a matar, penso el viejo perro dinamarques.
El reverendo Papagayo – reverendo porque paso un tiempo viviendo un tiempo en un seminario, donde aprendio a rezar de memoria y a decir frases en latín de corrido, lo que le daba valiosa reputación de erudito- cerró los ojos para no ser testigo de semejante tragedia. Por dos razones: la primera porque era muy emotivo, no le gustaba ver sangre, menos aún, sangre de una golondrina tan famosa, y segundo pora no servir de testigo de un crimen, llegaría la policia, una lata sin tamanho, intentando decir o entre decir la verdad y cargar con las consecuiencias de la ira del gato manchado – proceso por calumnias, unas cachetadas, un pico arañado, y quien sabe que cosas más – o mentir y quedar con fama de cobardem o de complice de asesinato. Situación difícil, lo mejor era no dar testimonio. A cambio rezo por el alma de la golondrina Sinhá, quedando en paz con su conciencia, una barca llena de exigencias.
La propia golondrina Sinhá sintió que exageraban y por las dudas, voló a un gancho más alto donde quedo picoteando sus plumas en un gesto de extrema vanidad.
El gato manchado continuaba riendose, a pesar de sentirse un tanto ofendido. No porque la golondrina lo hubiese tachado de malo, sino porque lo habia llamado feo, pues el se encontraba bonito, una belleza de gato. Elegante también.
- Tu me encuentras feo? De verdad?
- Feisimo…
- Reafirmo ella desde lejos la golondrina.
- No te creo. Solo una criatura ciega podria encontrarme feo.
- Feo y convencido!
La conversación no continuo porque los padres de la golondrina Sinhá, el amor por su hija superó su miedo, llegaron volando, y se la llevaon con ellos, rabiendo con ella, reprendiendola en voz alta, le dieron un sermón de aquellos. Pero la golondrina mientras se la llevaban, grito para el gato:
- Hasta luego, su feo…
Fue asi, con ese dialog un poco idiotam que comenzo toda la historia del gato manchado y la golondrina Sinhá. De verdad la historia, por lo menos en lo que se refiere a la golondrina, comenzo antes. Un capitulo inicial deberia haber hecho referencia a ciertos hechos y actos antriores de la golondrina. Como no puedo escribir mas de lo debido, dentro de las buenas reglas de la narrativa clasica, me limitaré solo una vez mas a devolverme en la acciones que ya sucedieron, Es sin duda un método anarquico de contar historias, lo reconozco. Pero el olvido puede ir por cuenta del trastorno que causo la llegada de la primavera a los gatos y a los contadores de historias.”
CONTINUARA...
Continuação da estação da Primavera

"Em torno era a Primavera, o sonho de um poeta. O Gato Malhado teve vontade de dizer algo semelhante à Andorinha Sinhá. Sentou-se no chão, alisou os bigodes, apenas perguntou:- Tu não fugiste com os outros?- Eu? Fugir? Não tenho medo de ti, os outros são todos uns covardes… Tu não me podes alcançar, não tens asas para voar, és um gatarrão ainda mais tolo do que feio. E olha lá que és feio…- Feio, eu?O Gato Malhado riu, riso espantoso de quem se havia desacostumado de rir, e desta vez até as árvores mais corajosas, como o Pau Brasil – um gigante – estremeceram. Ela o insultou e ele a vai matar, pensou o velho Cão Dinamarquês.O Reverendo Papagaio – reverendo porque passara uns tempos no seminário onde aprendera a rezar e decorara frases em latim, o que lhe dava valiosa reputação de erudito – fechou os olhos para não testemunhar a tragédia. Por duas razões: por ser emotivo, não lhe agradando ver sangue, menos ainda de andorinha tão formosa, e por não desejar servir como testemunha se o crime chegasse à justiça, maçada sem tamanho, tendo de decidir entre dizer a verdade e arcar com as consequências da ira do Gato Malhado – processo por calúnia, umas bofetadas, o bico arrancado, quem sabe lá o quê – ou mentir e ficar com fama de covarde, de cúmplice do assassino. Situação difícil, o melhor era não testemunhar. Em troca rezou pela alma da Andorinha Sinhá, ficando em paz com a sua consciência, uma chata cheia de exigências.A própria Andorinha Sinhá sentiu que exagerara e, por via das dúvidas, voou para um galho mais alto onde ficou bicando as penas num gesto de extrema faceirice. O Gato Malhado continuava a rir, apesar de se sentir um tanto ofendido. Não porque a Andorinha o houvesse tachado de mau e sim por tê-lo chamado de feio, e ele se achava lindo, uma beleza de gato. Elegante também.- Tu me achas feio? De verdade?- Feiíssimo… - reafirmou lá de longe a Andorinha.- Não acredito. Só uma criatura cega poderia me achar feio.- Feio e convencido!A conversa não continuou porque os pais da Andorinha Sinhá, o amor pela filha superando o medo, chegaram voando, e a levaram consigo, ralhando com ela, pregando-lhe um sermão daqueles. Mas a Andorinha, enquanto a retiravam, ainda gritou para o Gato:- Até logo, seu feio…Foi assim com esse diálogo um pouco idiota, que começou toda a história do Gato Malhado e da Andorinha Sinhá. Em verdade a história, pelo menos no que se refere à Andorinha, começara antes. Um capítulo inicial deveria ter feito referencia a certos atos anteriores da Andorinha. Como não posso mais escrevê-lo onde devido, dentro das boas regras da narrativa clássica, resta-me apenas suspender mais uma vez a acção e voltar atrás. É, sem dúvida, um método anárquico de contar uma história, eu reconheço. Mas o esquecimento pode ir por conta do transtorno que a chegada da Primavera causa aos gatos e aos contadores de histórias.”(continua)

lunes, 10 de diciembre de 2007

CAPITULO INICIAL, ATRASADO Y FUERA DE LUGAR

PARTE SEIS

CAPITULO ATRASADO Y FUERA DE LUGAR.

" La golondrina Sinhá apesar de ser bella, era un poco loca. Loquita le quedaría mejor. Aunque aún tenía que ir a la escuela de pájaros, era muy jóven que sus respetables padres no la dejaban salir de noche sola con sus adminadores, ella ya era bien independiente, enorgullesiendose de mantener buenas relaciones con todos los habitantes del parque. Amiga de la lad flores y de los árboles, de los patos y de las gallinas, de los perros y de las piedras, de las palomas y del lago. Con todos ella conversaba, un tiempito suficiente, sin darse cuenta de las pasiones que iba dejando al pasar. (...) a pesar de todas esas relaciones y admiraciones, una sombra nublaba la vida de la golondrina Sinhá, que es la razón de ser de este capitulo incial atrasado, pues esa sombra era exactamente el gato manchado. O mejor dicho; el hecho de que ella nunca hubiese conseguido conversar con él. Aquel sujeto callado, orgulloso y medio bestia, le comia los nervios. habituaba a vivir espiandolo cuando él dormía, o cuando tomaba el sol en al pasto. Escondida en la rama de un árbol, solia mirarlo durante horas, buscando e inventando razones por el feoso no mantenia relaciones con nadie.

Oia hablar mal de él, pero de igual forma miraba fijamente su nariz rosada, sus grandes bigotes, y (nadie sabe porque) dudaba de la veracidad de las historias. Así son las golondrinas, que se puede hacer? (no hay forma de hacerlas comprender la verdad más rudimentaria, la verdad más probada y conocida, si ellas se ponen a dudar no hay mas que se pueda hacer ) Son cabezas duras y se dejan guiar por sus corazones.
El gato manchado era la sombra en la vida clara y tranquila de la golondrina Sinhá. A veces estaba cantando unas lindas canciones que aprendió con el ruiseñor, y , de subito, paraba porque veía (a veces adivinaba) el gran cuerpo del gato que paseaba caminando cantando su canción predilecta. Ella lo seguia por los aires, rapido o despacito, incluso cierta tarde, se divirtió mucho tirandole palitos secos sobre su espalda. El gato dormia, ella estaba escondida entre las hojas del Jacaranda, riendose con cada palito que acertaba en las espaldas del gato, obligando al peresoso a abrir un ojo y mirar a su alrededor. Pero luego los cerraba, pensando que era alguna broma idiota del viento.

Fue ese día que ella tuvo la célebre conversación con la vaca Mocha. (…) La vaca Mocha no gustaba del gato manchado porque, siendo ella una figura altamente respetable, con sangre de porteña en sus venas, se consideraba terriblemente ofendida por el misero felino en cierta ocasión ya distante. Sucedió que, a pesar de su circuspección, la vaca Mocha era dada a la ironia. Fue así que, cierta vez, habiendo encontrado al gato manchado en el corral, donde el gato fue con la esperanza de robar un poco de leche, le dijo, en un gesto de desprecio y pilleria en mezcla de español y de portugues:
- Un tipo tan chiquito y ya con bigotes.
El gato, en evidente e imperdonable falta de respeto, tuvo la osadia de responderle:
- Una tan grandota y sin sostenes.
La vaca Mocha le lanzo un par de patadas, pero el gato ya iba lejos, riendo para dentro con una risa malvada (…)

Cuando la golondrina le conto, la especie de diversión en que astaba sus tardes, la vaca Mocha lamento que, en vez de palitos, la golondrina no hubiese tirado pedazos de roca en el cráneo del gato, liquidandolo de una vez. Pero cuando sinhá se horrorizó con tal posibilidad sangrienta y le confeso qye jugaba con los palitos como un pretexto para buscar conversa con el gato. Ahí fue donde la vaca realmente demostro su asombro:
-Hablar con el gato?, Loquita, piensas hacerl realmente? Por Dios, no seas tonta!
Hablar en español le daba estatus y cansancio, que cansancio! Continuo en portugues.
-Entonces tu no sabes que él es un gato, un gato malo, y que jamás una golondrina puede- sin comprometer la horna de su familia- mantener relaciones, siquiera un simple intercambio de cumplidos, con un gato. Que no sabes que los gatos son enemigos irreconciliables de las golondrinas, que muchas y muchas parientes tuyas perecieron en las garras de gatos como ese manchado? O no lo sabias?
Prosiguió con el sermón. Como pensaba ella, loca golondrina, romper una ley tan antigua, y pasar por encima de las reglas sagradas, establecidas a través del tiempo, y hacer tal insulto a sus amigos, dar tamaño disgusto a sus padres?
- pero el no hace nada…
- Es un gato, y peor aún, manchado!
- Solo por ser un gato y encima manchado? Pero él tiene un corazón como todos nosotros…
- Corazón? Se indigno la vaca Mocha, de facil indignación como estamos de a poco descubriendo.
- Quien te dijo que tiene corazón? Quién?.
- Bueno yo pensé…
- Tu le viste algún corazón? Dime?
- Ver no vi…
- Entonces?
Luego habló largamente. Le conto la historia de lo que el gato le habia hecho, y una vez más derramo lagrimas al recordar el insulto. Nuevos consejos, advertencias: dar cosejos era una de las especialidades de la vaca Mocha. Reglas del buen vivir, llenas de saludos, moralidades y cortezia, le explico como debia comportarse una joven golondrina doncella, lo que podia hacer y lo que le estaba vedado a una golondrina. Principalmente no diva hablar con gatos, mucho menos con el gato manchado…
La golondrina oyó, atenta, como la buena educación lo ordena, y quedó triste. No debia conversar con un gato, haria muy mal en pensar una cosa así. La vaca debería tener razón, poseía experiencia y una voz empostada y noble. Solo que la golondrina, cabeza dura, no comprendio porque cometerá un pecado en conversar con un gato. En todo caso, juro a la vaca jamás tirarle palitos a la espalda amarilla y negra del gato manchado y nisiquiera pensar en conversar con él.
Pero el juramento de una golondrina no vale mucho, no se le debe dar crédito exagerado. Mucho menos juramento de golondrina jóven, de cabeza ardiente y de espiritu un poco aventurero. De mi parte, desconfio, que al jurar, ella ya sabía que sería incapaz de cumplir su juramento. Continuo espiando al gato.No le tiro mas palitos, pero ay! No debio hacer un juramento así, no queria que el creyese que se trataba de una pilleria del viento. Ella lo espió todos los días hasta aquel día de la llegada de la primavera…”

CONTINUARA...

Capítulo inicial, atrasado e fora de lugar
“Andorinha Sinhá, além de bela, era um pouco louca. Louquinha, fica-lhe melhor. Apesar de ainda frequentar a escola de pássaros, tão jovem que os respeitáveis pais não a deixavam sair à noite sozinha com os seus admiradores, já era metida a independente, orgulhando-se de manter boas relações com toda a gente do parque. Amiga das flores e das árvores, dos patos e das galinhas, dos cães e das pedras, dos pombos e do lago. Com todos ela conversava, um arzinho suficiente, sem se dar conta das paixões que ia espalhando ao seu passar. (…)Apesar de todas essas relações e admirações, uma sombra anuviava a vida da Andorinha Sinhá, razão de ser deste atrasado capítulo inicial, pois a sombra era exactamente o Gato Malhado. Ou melhor: o fato dela nunca ter conseguido conversar com o Gato. Aquele sujeito caladão, orgulhoso e metido a besta bulia-lhe com os nervos. Habituara-se a vir espiá-lo quando ele dormia ou esquentava sol sobre a grama. Escondida no ramo de uma árvore, mirava-o durante horas perdidas, cismando nas razões por que o feioso não mantinha relações com ninguém. Ouvia falar mal dele mas fitava o seu nariz róseo, de grandes bigodes, e – ninguém sabe por que – duvidava da veracidade das histórias. Assim são as andorinhas, o que se pode fazer? – não há forma de fazê-las compreender a verdade mais rudimentar, a mais provada e conhecida, se elas se metem a duvidar. São cabeçudas e se deixam guiar pelo coração.O Gato Malhado era a sombra na vida clara e tranquila da Andorinha Sinhá. Por vezes estava cantando uma das lindas canções que aprendera com o Rouxinol, e, de súbito, parava porque via (às vezes adivinhava) o grande corpo do Gato que passava em caminho do seu canto predilecto. Ia então pelos ares, seguindo-o devagar, e, em certa tarde, divertiu-se muito a atirar-lhe gravetos secos sobre o dorso. O Gato dormia, ela estava bem escondida entre as folhas da jaqueira, rindo a cada graveto que acertava nas costas do Gato, levando o preguiçoso a abrir um olho e mirar em torno. Mas logo o cerrava, pensando tratar-se de alguma brincadeira idiota do Vento. (…) Foi nesse dia que ela teve a célebre conversa com a Vaca Mocha. (…) Vaca Mocha não gostava do Gato Malhado porque, sendo ela uma figura tão altamente respeitável, com sangue portenho, considerara-se terrivelmente ofendida pelo mísero felino em certa distante ocasião. Acontece que, apesar de sua circunspecção, a Vaca Mocha era dada à ironia. Foi assim que, certa vez, tendo encontrado o Gato Malhado no curral, onde fora com certeza na esperança de roubar um pouco de leite, disse-lhe, num misto de desprezo e pilhéria e em mescla de espanhol e português:- Un tipo tan chiquito y ya de bigotes!O gato, em evidente e imperdoável desrespeito, teve a ousadia de responder-lhe:- Uma sujeita tão grandona e sem porta-seios!A Vaca Mocha armou-lhe um coice bem armado mas o gato ia longe, rindo para dentro seu riso malvado.(…)Quando a Andorinha lhe disse em que espécie de diversão empregara sua tarde, a Vaca Mocha lastimou que, em vez de gravetos, a Andorinha não houvesse jogado calhaus enormes bem no crânio do gato, liquidando-o de uma vez. Mas quando Sinhá se horrorizou com tal possibilidade sangrenta e lhe confessou que jogara os gravetos como um pretexto para puxar conversa com o gato, aí foi a vez da Vaca demonstrar seu assombro:- Hablar con el Gato? Piensas, loquita, en hacerlo realmente? Por Dios, no seas tonta!Falar espanhol dava-lhe status e cansaço, que cansaço! Continuou em português.- Então tu não sabes que ele é um gato, um gato mau, e que jamais uma andorinha pode – sem com isso comprometer a honra da família – manter relações, sequer de simples cumprimentos, com um gato? Que os gatos são inimigos irreconciliáveis das andorinhas, que muitas e muitas parentas tuas pereceram entre as garras de gatos como aquele? Malhados ou não?Prosseguiu com o sermão. Como pensava ela, louca andorinha, em rasgar uma velha lei estabelecida, em passar por cima de regras consagradas pelo tempo, em fazer tal insulto aos seus amigos, dar tamanho desgosto aos seus pais?- Mas ele não fez nada…- É um gato, e ainda por cima, malhado!- Só por ser um gato ainda por cima malhado? Mas ele tem um coração como todos nós…- Coração? – Indignou-se a Vaca Mocha, de fácil indignação como estamos aos poucos constatando. – Quem lhe disse que ele tem coração? Quem?- Bem, eu pensei…- Você viu o coração dele? Diga!- Ver não vi…- Então?Ainda falou longamente. Contou a história do que o Gato lhe fizera e mais uma vez derramou algumas lágrimas ao recordar o insulto. Novos conselhos, advertências; dar conselhos era uma das especialidades da Vaca Mocha. Regras de bom viver, cheias de salutar moralidade e de algum ranço. Explicou como deve comportar-se uma jovem andorinha donzela, o que pode fazer e o que lhe estava vedado. Principalmente não deve falar com gatos, muito menos com o Gato Malhado…A Andorinha ouviu, atenta como a boa educação ordena, e ficou triste. Não devia conversar com o Gato, fizera muito mal em pensar em tal coisa. A Vaca devia ter razão, possuía experiência e uma voz empostada e nobre. Só que a Andorinha, cabeça dura, não compreende por que cometerá um pecado se conversar com o Gato. Em todo caso, jurou à Vaca jamais jogar gravetos sobre o dorso amarelo e preto do Gato Malhado e nem sequer pensar em conversar com ele.Mas juramento de andorinha não vale muito, não se lhe deve dar crédito exagerado. Muito menos a juramento de andorinha jovem, de cabeça ardente e espírito um pouco aventureiro. De mim, desconfio que, ao jurar, ela já sabia ser incapaz de cumprir a jura. Continuou a ir espiar o Gato. Não mais lhe jogou gravetos mas, ai!, não devido ao juramento e sim, com medo de que ele fosse embora pensando tratar-se de pilhéria do vento. Ia espiá-lo todos os dias até que naquele dia da chegada da Primavera…"(continua)

domingo, 9 de diciembre de 2007

FIN DE LA ESTACION DE LA PRIMAVERA PARTE 1

PARTE SIETE

FIN DE LA ESTACIÓN DE LA PRIMAVERA - PARTE 1

" los padres de Sinhá iban rabiando con ella. Pero estaban conmovidos con su propio heroismo- tubieron el coraje de enfrentar al gato manchado para salvar a su hija- que no la regañaron demasiado. La golondrina papá le decia a la golondrina mamá: nosotros amamos a nuestra hija, nosotros la salvamos.
La mamá golondrina respondia:
- Nosotros somos buenos padres, protegemos a nuestra hija.
- Y se miraban el uno al otro con admiración.

Prohibieron terminantemente a la golondrina aproximarse una vez más a su enemigo feroz. Si los juramentos de una golondrina joven no tuviesen ninguna validez, estas bruscas prohibiciones solo harian aumentar el interes y la curiosidad. No es que Sinhá fuese de esas golondrinas las cuales basta que les digan – no lo hagas – para que inmediatamente no lo hicieran. Al contrario, era tierna y obediente, amaba a sus padres. Era amable y bondadosa de buen comportamiento en general. Pero le gustaba que la convenciesen de las cosas con buenas y justas razones, y aún nadie le habia probado que era un pecado o un crimen mantener relaciones cordiales con el gato manchado.
Así, cuando posó su gentil cabecita sobre el pétalo de la rosa que le servia de almohada, habia decidido continuar su conversación con el gato al otro día:
- Él es feo pero es simpatico… - murmuro al adormecer.
En cuanto al gato manchado, tambien penso en la arisca golondrina Sinhá, en aquella primera noche de primavera, al reposar su cabeza sobre su almohada. Sin embargo, habia una cosa que el no poseia: almohada. Además de malo y feo, el gato manchado era pobre; reposaba su cabeza encima de sus brazos. Era un ser de pocos lujos, no le preocupaba.Falta sentía de otras cosas: de afectos, de cariño y de salchichas vienesas.
Se recojio tarde. Antes camino por el parque, vagando. Arañaba la corteza de los troncos de los árboles, maullaba sin motivo aparente, sentía deseos de volver a vagabundear por los tejados como lo hacias en esa distante adolescencia. El buen perfume penetraba por sus narices, y sus grandes bigotes se movin inquietos. Se sentia jóven, hasta tuvo ganas de correr con los perros. Y lo hubiese hecho, tranquilamente, si los perros no se hubiesen asustado, llenos de recelo, cuando él los buscó. Tal era su estado de cansancio y de indefinido deseo qu murmuro para si mismo:
- debo estar enfermo.
puso una de sus patas sobre su cabeza y concluyo:
- Estoy ardiendo en fiebre.
Cuando cayó la noche, y volvia a su cama. – un viejo trapo peludo- miró una flor y en ella vió reflejado los rasgados ojos de la golondrina. Febril, fue al lago a beber agua, y en el agua también encontró a la golondrina que le sonreía. Y la reconocio en cada hoja, en cada gota del rocio, en cada rayo del sol crepuscular, en cada sombra de la noche que llegaba. Después la descubrio vestida de plata en la luna llena, para la cual maullo y maullo adolorido. Ya era tarde y muy de noche cuando consiguió dormir. Soño con la golondrina, era la primera vez que soñaba , desde hace ya muchos años.

¿ Debo concluir que el gato manchado de feos ojos pardos, de oscura fama de malvado, se había enamorado? Ahora que él y la golondrina duermen, y que solo la vieja lechuza esta despierta, me permito filosofar un poco. Deseo decir, que hay gente que no cree en el amor a primera vista, otros por el contrario, además de creer, afirman que este es el único y verdadero amor unos y otros tienen razón. Es que el amor esta en el corazón de las criaturas, adormecido, y un dia cualquiera se despierta, con la llegada de la primavera o incluso con el rigor del invierno.De repente el amor despierta de su sueño en la inesperada visión de otro ser. Da igual si ya lo conocemos, es como si lo viesemos por primera vez y es por eso que se dice que fue amor a primera vista. Así como el amor del gato manchado por la golondrina Sinhá.

En cuanto a lo que pasaba por el pequeño y valeroso corazón de Sinhá, no esperen que yo les explique o les saque la venda de sus ojos. No soy tan tonto al punto de sentirme capaz de entender el corazón de una mujer, peor aún el de una golondrina.

Ninguna de esas consideraciones perturbo aquella noche al gato manchado. En verdad él aún no sabía que estaba enamorado. Tal idea ni se le ocurrio. Cuando era jóven, se enamoraba todas las semanas (…) Despedazó innumerables corazones de gata de todos los colores, el de una coneja color gris y el de una zorra adolecente. Pero eso paso hace tanto tiempo que ni el se acordaba ni de los nombres ni de las situaciones. Vivía a su modo, ya les expliqué, tranquilo, peresoso al sol, gozando las dulces caricias de la brisa, el frescor de las noches de verano, y el gustoso frio del invierno. Ahora llegaba la primevera a perturbar su paz.

Al día siguiente, al levantarse y lavarse la cara, pensó en la golondrina, recordando el sueño que lo acompaño durante la noche: él y sinhá discutiendo de belleza y fealdad. Se rió: Ayer estube enfermo y resolvio no pensar más en la golondrina. Se dirigió a su prado preferido para calentarse al sol sobre su trapo viejo y peludo. La vida se desenvolvía por el parque.
Bien, alli estaba el gato manchado. Relajado, como siempre, estirado cual largo era para que el gustoso sol de la primavera lo envolviera por entero. Pero, lo que era extraño, no conseguia cerrar sus ojos como lo hacia habitualmente. La experiencia le habia enseñado que con los ojos cerrados, se goza mucho mejor del calor del sol y de la frescura de la brisa. Pero en cuanto, a aquel segundo día de primavera, tenia los ojos abiertos, y además, volcaods hacia los arboles, buscando que estuviera la golondrina Sinhá. Cuando se dio cuanto de lo que estaba sucediendo, se puso furioso. Desviaba la mirada, silbando despacito, buscaba fijar su mirada en otros paisajes. Miró los perros que corrian, los idiotas no saben hacer otra cosa, los arboles llenos de hojas, miró hasta el papagayo ocupado rezando sus oraciones matinales (…)
- Buen día mi queridisimo doctor gato manchado. Como se siente? Gacias a Dios, Bien? El gato nisiquiera se digno a responderle. A pesar de todo su mirar, ya estaba de nuevo con su mirada fija en los arboles, donde de posaría la golondrina (…) En la esperanza de que la golondrina Sinhá viniese… Pero ella no llego, ingrata!



Vamos a reencontrar a nuestro amigo manchado ya sin ninguna alegria, en un estado de su espiritu muy diferente al de la mañana, la liviandad que sentia desde la tarde del encuentro ya no estaba, sus bigotes estaban caidos, desmoralizados, marchitos. Eso era una triste y peligrosa señal tratandose del gato manchado. Sus bigotes eran el indicador de su humor. Espia una vez mas los arboles, como ya tantas veces lo hiciera antes… no vio a la golondrina, la sombra del arbol le cubría su cuerpo completo. Sus ojos pardos se oscurecieron. Por que siente su corazón adolorido?
Entre tanto, es primavera en todo alrededor.”






CONTINUARA...

Fim da estação da Primavera – Parte I
"Os pais de Sinhá iam ralhando com ela. Mas estavam tão comovidos com o próprio heroísmo – tiveram coragem de afrontar o Gato Malhado para salvar a filha – que não ralharam demasiado. A Andorinha Pai dizia à Andorinha Mãe: Nós amamos nossa filha, nós a salvamos.A Andorinha Mãe respondia:- Nós somos bons pais, protegemos nossa filha.E se olhavam, admirando-se mutuamente. Proibiram terminantemente a Andorinha de novamente aproximar-se do inimigo feroz. Se os juramentos da Andorinha jovem não têm nenhum valor, bruscas proibições só fazem aguçar-lhe o interesse e a curiosidade. Não que Sinhá fosse uma dessas andorinhas às quais basta que se diga não faça isso para que imediatamente não o façam. Ao contrário, terna e obediente, amava os pais. Era bem-comportada, amável e bondosa. Mas gostava que a convencessem das coisas com boas e justas razões, e ainda ninguém lhe havia provado ser um pecado ou um crime manter relações cordiais com o Gato Malhado. Assim, quando deitou a gentil cabecinha sobre a pétala de rosa que lhe servia de travesseiro, havia decidido continuar a conversa no outro dia:- Ele é feio mas é simpático… - murmurou ao adormecer.Quanto ao Gato Malhado, também ele pensou na arisca Andorinha Sinhá, naquela primeira noite de Primavera, ao repousar a cabeça no travesseiro. Aliás, eis uma coisa que ele não possuía: travesseiro. Além de mau e feio, o Gato Malhado era um pobre de Job; repousava a cabeça em cima dos braços. Sendo de pouco luxo não reclamava. Falta sentia de outras coisas: de afeição, de carinho e de salsichas vienenses.Recolheu-se tarde. Antes, andara pelo parque, ao léu. Arranhara a casca de troncos árvores, miara sem motivo evidente, sentira desejo de voltar a vagabundear nos telhados como praticara na distante adolescência. O cheiro bom da terra penetrara-lhe pelas narinas e seus grandes bigodes moveram-se inquietos. Sentira-se muito moço, até teve vontade de correr com os cães. E o teria feito, com certeza, se os cachorros não se houvessem afastado, cheios de receio, quando ele os procurou. Tal fora o seu estado de lassidão e de indefinido desejo que murmurou para si mesmo:- Creio que estou doente.Colocou a pata sobre a testa e concluiu:- Estou ardendo em febre…Quando, ao cair da noite, voltava para a sua cama – um velho trapo de veludo – olhou uma flor e nela viu reflectidos os rasgados olhos da Andorinha. Febril, foi ao lago beber água e na água também enxergou a Andorinha que sorria. E a reconheceu em cada folha, em cada gota de orvalho, em cada réstia de sol crepuscular, em cada sombra da noite que chegava. Depois a descobriu vestida de prata na lua cheia para a qual miou um miado dolorido. Ia alta a noite quando conseguiu dormir. Sonhou com a Andorinha, era a primeira vez que ele sonhava havia muitos anos.Devo concluir que o Gato Malhado de feios olhos pardos, de escura fama de maldade, havia se apaixonado? Agora que ele e a Andorinha dormem, que só a Velha Coruja está acordada, permito-me filosofar um pouco. Desejo dizer que há gente que não acredita em amor à primeira vista. Outros, ao contrário, além de acreditar afirmam que este é o único amor verdadeiro uns e outros têm razão. É que o amor está no coração das criaturas, adormecido, e um dia qualquer ele desperta, com a chegada da Primavera ou mesmo no rigor do Inverno. De repente, o amor desperta de seu sono à inesperada visão de um outro ser. Mesmo se já o conhecemos, é como se o víssemos pela primeira vez e por isso se diz que foi amor à primeira vista. Assim o amor do Gato Malhado pela Andorinha Sinhá. Quanto ao que se passava no pequeno porém valoroso coração de Sinhá, não esperem que eu explique ou desvende. Não sou tão tolo a ponto de achar-me capaz de entender o coração de uma mulher, quanto mais de uma andorinha.Nenhuma dessas considerações perturbou naquela noite o Gato Malhado. Em verdade ele não se julgava ainda apaixonado. Tal ideia nem lhe ocorreu. Quando era jovem, apaixonava-se todas as semanas (…). Despedaçara inúmeros corações de gatas de todas as cores, de uma coelha cinzenta e de uma raposa adolescente. Mas isso fazia tanto tempo que ele nem mais se recordava dos nomes e das situações. Vivia no seu canto, eu já expliquei, tranquilo, preguiçando ao sol, gozando a doce carícia da brisa, o frescor das noites de Verão, o frio gostoso do Inverno. Agora vinha a Primavera perturbar a sua paz.No dia seguinte, ao acordar e lavar a cara, pensou na Andorinha, recordando o sonho a acompanhá-lo pela noite: ele e Sinhá discutindo de boniteza e feiura. Riu-se: ontem eu estava doente e resolveu não pensar mais na Andorinha. Dirigiu-se ao seu canto predilecto para calentar sol sobre o velho trapo de veludo. A vida se desenvolvia pelo parque.Bem, ali está o Gato Malhado. Deitado, como sempre, ao comprido para que o sol gostoso da Primavera o envolva por inteiro. Mas, o que é estranho, não consegue fechar os olhos como o faz habitualmente. A experiência lhe ensinara que, de olhos fechados, goza-se muito mais o calor do sol e a frescura da brisa. No entanto, naquele segundo dia de Primavera, tinha os olhos abertos, e, ademais, voltados para a árvore onde, na véspera, estivera a Andorinha Sinhá. Quando percebe o que está sucedendo, fica furioso. Desvia o olhar e, assobiando devagarinho, busca outras paisagens. Olha os cachorros que correm, os idiotas não sabem fazer outra coisa, as árvores cheias de folhas, olha até o Papagaio ocupado a rezar as suas orações matinais. (…)- Bom dia, meu caríssimo doutor Gato Malhado. Como vai a saudinha? Graças a Deus, bem?O Gato nem se digna responder. Além de tudo seu olhar já está de novo fixo na árvore onde a Andorinha pousara na véspera (…) na esperança de que a Andorinha Sinhá viesse… Mas ela não veio, a ingrata!, e vamos reencontrar o nosso amigo Malhado já sem nenhuma alegria, num estado de espírito muito diferente daquele em que acordara, a leveza que sentia desde a véspera, os grandes bigodes estavam caídos, desmoralizados, murchos. Isso era um triste e perigoso sinal em se tratando do gato Malhado. Seus bigodes eram o índice do seu humor.Fita mais uma vez a árvore, tantas vezes já o fizera antes… Não vê a andorinha, a sombra da árvore cobre-lhe o corpanzil. Os olhos pardos escurecem. Por que sente o coração dorido? No entanto, é Primavera em torno."(continua)

sábado, 8 de diciembre de 2007

FIN DE LA ESTACION DE LA PRIMAVERA PARTE 2

PARTE OCHO
Fin de la estación de la primavera - Parte II

Sucedió entonces que sintio la necesidad de levantarse, ¿Por qué? Ni el mismo seria capaz de explicarlo. Talvez para solo tomar el sol. Se levanto y salio de paseo. Y, de repente noto que sus pies, lo habian llevado , ¿Será que él ya no los gobernaba? sin que él lo quisiese, cerca juntito al árbol donde vivia la familia de la golondrina sinhá. Debo aclarar que este árbol quedaba del otro lado del parque.

Los padres sinha habían salido en busca de alimentos. La golondrina había visto venir al gato desde lejos y lo esperaba sonriente. Ato manchado se detiene debajo del árbol, comenzó a espiar y descubrió a la golondrina. Fue entonces que percibio donde habia llegado, sin darse cuenta. ¿Qué estoy haciendo aqui? Y decidio devolverse rapidamente (Diablos! Sus pies estaban tan pesados que parecian estar clavados al suelo), pero la golondrina le hablo con una dulce voz:
-No me vas a decir buenos dias, mal educado?
-Buen día, Sinhá… - habia hasta cierto acento armonioso en la voz seca del gato.
- Señorita Sinha, me hace el favor…
Y , su una cara se puso muy triste ( era aún más feo cuando estaba triste) , ella dijo:
- Esta bien llamame Sinha
Si eso quieres… y yo te llamaré feo.
Ya te dije que no soy feo.
Pucha! Que convencido! Eres la persona más fea que yo conozco. A tu lado mi madrina la lechuza es un premio de belleza…
Al final que estoy haciendo aquí? Pensaba el gato manchado. Aquella joven golondrina, era apenas una adolecente, que no lo trataba con el debido respeto (Será que realmente el queria que ella lo tratase con respeto?), insultarlo, agredirlo, llamarlo feo. Era el resultado de haberle dado confianza a una joven golondrina cualquiera.que ella sino una estudiante, una alumna de religión del papagayo, que podia tener en la cabeza, que especie de conversación podria matener con el?, un gato serio, viajado, que se consideraba un ser superior, más culto que todo ese monton de gente del parque, y que se encontraba – principalmente- un gato bonito? Resolvio retirarse y nunca mas volver a hablarle a esa irrespetuosa golondrina (ah! Pero sus pies como chuzos como si estubiesen pegados al suelo, no los podia mover)
Hizo un esfuerzo:
- hasta luego
- vaya, se ofendio? … más convencida de que el feo…
Porque diablos el comenzaba a encontrar divertido este comentario? Ahora ya o eran solo los pies los que no le obedecian, tambien la boca se abria y sonreia cuando el queria quedarse serio, con un aire irritado. Era una gran conspiración contra el gato manchado. La golondrina seguia, en un parlotear incesante, era una linda adolecente de los campos,cuja juventud dominaba todo alrededor:
No es necesario que te vayas ahora. No te llamare mas feo. Ahora solo te dire hermoso.
No tampoco quiero…
Entoces como te voy a llamar?
Gato.
Gato, no puedo
Porque?
Sera que ella se puso triste? Ahora su voz ya no era juguetona. El gato manchado de pronto pregunto:
Porque no puedes?
No puedo conversar con ningun gato. Los gatos son enemigos de las golondrinas.
Quien dijo eso?
Es vedad,yo lo se.
El gato puso la cara mas triste del mundo. La golondrina Sinha que amaba la alegria y que no podia ver a nadie triste, continuo:
Pero nosotros no somos enemigos, verdad?
Nunca
Entonces nosotros podemos conversar.
Pero luego agrego:
Ahora deber irte porque mi papa viene alli. Después yo ire a conversar contigo. Feito.
El gato rio y trato de desaparecer entre las motas de algodón que crecian por allí. Estaba nuevamente alegre. En cuanto iba atravesando ágilmente los matorrales, del campo iba recordando el dialogo con la golondrinam su voz elodiosa volvia a resonar en sus oidos. Ella no podia conversar con los gatos, los gatos son malos, algunos fueron atrapados in fragantti almorzando golondrinas, habia verdad en eso.Como seria posible ser tan malo asi? Como comerse un ser tan frágil y tan hermoso como la golondrina Sinha?
Se recosto sobre un campo de hierbas en flor, más tarde llego la golondrina, haciendo cierculos en el aire, en un vuelo improvisado, como danzando en un baile gentil y primaveral. De lejos el ruiseñor que la vigilaba con sus ojos, comenzo a cantar y su melodía de amor hincho el parque.
El gato aplaudio cuando la golondrina se poso en una rama baja del árbol. Y continuaron la conversación que habia sido interrumpida.
No voy a reproducir mas los dialogos. Y tomo tal decisión porque eran todos un poco parecidos y solamente, al pasar el tiempo y unas pocas conversaciones, se hicieron dignos de una historia de amor. Quien sabe, talvez ás adelante pueda contarles uno, si se da la ocasión.por ahora, solo quiero decir que ellos conversaron durante toda la primavera, sin que jamás les faltase tema. Fueron conociendose el uno al otro, cada día un nuevo descubrimiento. Y no solo conversaron. Juntos el corriendo por el suelo verde lleno de pasto, ella volando por el cielo azul, vagabundeaban por todo el parque, encontraban rincones deliciosos, descubrian nuevos matices del color de las flores, variaciones en la dulzura de la brisa,y una alegria que talvez estuviese mas dentro de ellos mismos que en las cosas alrededor. El bien de la alegria estaba presente entodas las cosas y ellos no lo veian antes. Porque yo les digo:
Tenemos jos para ver y ojos para no verm depende del estado del corazon de cada uno.
Quiero agregar, finalmente que ya no se trataban de usted.
Cuando, por la mañana, se veian por primera vez en el día, el le preguntaba:
Que hiciste de ayer hasta hoy? Hoy estas mas linda que ayer y aun mas linda de lo que estabas esa noche del sueño en que te vi…
Cuentame tu sueño. Yo no te cuento el mio porque soñe con una persona muy fea: Soñe contigo…
Se reian los dos, el con su risa seca de gato malo, ella con su risa de plata de golondrina adolecente.
Así acontecio la primavera.

Continuara...

Fim da estação da Primavera – Parte II
Acontece-lhe então levantar-se. Por que o faz nem ele mesmo seria capaz de explicar. Talvez para ficar ao sol. Levanta-se e sai andando. E, de repente, nota que seus pés – será que ele já não os governa? – o haviam levado, sem ele sentir, para junto da distante árvore onde mora a família da Andorinha Sinhá. Devo esclarecer que esta árvore ficava do outro lado do parque.Os pais de Sinhá haviam saído em busca de alimento. A Andorinha tinha visto o Gato vir vindo e o esperava sorridente. Gato Malhado pára embaixo da árvore, espia, descobre a Andorinha. Foi então que percebeu onde havia chegado, sem se dar conta. Dana-se. Que faço eu aqui? Resolveu voltar rapidamente (diabo! seus pés, de tão pesados, pareciam ter chumbo grudado), mas a Andorinha falou com sua doce voz:- Não me diz bom dia, seu mal-educado?- Bom dia, Sinhá… - havia até certo acento harmonioso na voz cava do Gato.- Senhorita Sinhá, faça o favor.E, como ele fizesse uma cara triste (era ainda mais feio quando ficava triste), ela concedeu:- Vá lá… Pode me chamar de Sinhá se isso lhe dá prazer… E eu lhe chamarei de Feio.- Já lhe disse que não sou feio.- Puxa! Que convencido! É a pessoa mais feia que eu conheço. Junto de você minha madrinha Coruja é prémio de beleza…Afinal que fazia ele ali? – pensava o Gato Malhado. Aquela jovem Andorinha, apenas uma adolescente, não o trata com o devido respeito (será mesmo que ele desejava que ela o tratasse com respeito?), insulta-o, agride-o, chama-o de feio. Era o resultado de ter ele dado confiança a uma jovem andorinha qualquer. Que era ela senão uma estudante, aluna de religião do Papagaio, que podia ter na cabeça, que espécie de conversa podia manter com ele, um gato sério, viajado, que se considerava um ser superior, mais culto do que toda a gente do parque e que se achava – principalmente – um gato bonito? Resolveu retirar-se e nunca mais voltar a falar àquela desrespeitosa andorinha (ah! seus pés como chumbo, como se tivessem toneladas de chumbo…). Faz um esforço:- Até logo…- Está aí, se ofendeu… Ainda é mais convencido do que feio…Por que diabo ele começa a achar graça? Agora não eram apenas os pés que já não lhe obedeciam, também a boca se abria em riso quando ele queria ficar sério, com um ar zangado. Uma vasta conspiração contra o Gato Malhado. A Andorinha continuava, num palrar incessante, linda adolescente dos campos, cuja juventude domina tudo em derredor:- Não precisa ir embora. Não lhe chamo mais de feio. Agora só lhe trato de formoso.- Não quero também…- Então como vou lhe chamar?- Gato.- Gato não posso.- Por quê?Será que ela entristecera? Agora sua voz já não é brincalhona. O Gato Malhado repete a pergunta:- Por que não pode?- Não posso conversar com nenhum gato. Os gatos são inimigos das andorinhas.- Quem lhe disse?- É verdade. Eu sei.O Gato fez a cara mais triste do mundo. A Andorinha Sinhá, que amava a alegria e não podia ver ninguém triste, continuou:- Mas nós não somos inimigos, não é?- Nunca.- Então nós podemos conversar.Mas logo acrescentou:- Vá embora que Papai vem aí. Depois eu vou na ameixeira conversar com você, Feião…O Gato ri e trata de sumir entre as moitas de capim que crescem por ali. Estava novamente alegre. Enquanto atravessa agilmente por entre o mato, vai recordando o diálogo com a Andorinha, a voz melodiosa volta a ressoar em seus ouvidos. Ela não podia conversar com um gato. Os gatos são maus, alguns foram apanhados em flagrante almoçando andorinhas, havia alguma verdade nisso. Como era possível ser assim tão mau? Como almoçar um ser tão frágil e formoso como a Andorinha Sinhá?Deita-se sob a ameixeira que está em flor. Logo depois a Andorinha chega, fazendo círculos no ar, num voo que é improvisado e lindo bailado primaveril. De longe, o Rouxinol, que a acompanha com os olhos, começa a cantar e sua melodia de amor enche o parque.O Gato bate palmas quando ela pousa num galho baixo. Continuam a conversa interrompida.Não vou mais reproduzir os diálogos. E tomo tal resolução porque eram todos um pouco parecidos e somente aos poucos, com o correr do tempo, se fizeram dignos de uma história de amor. Quem sabe, talvez mais adiante eu reproduza um, se houver ocasião. Por ora, apenas quero dizer que eles conversaram durante toda a Primavera, sem que jamais faltasse assunto. Foram se conhecendo um ao outro, cada dia uma nova descoberta. E não apenas conversaram. Juntos, ele correndo pelo chão de verde grama, ela voando pelo azul do céu, vagabundearam por todo o parque, encontraram recantos deliciosos, descobriram novas nuances de cor nas flores, variações na doçura da brisa, e uma alegria que talvez estivesse mais dentro deles que mesmo nas coisas em derredor. Ou bem a alegria estava presente em todas as coisas e eles não a viam antes. Porque – eu vos digo – temos olhos de ver e olhos de não ver, depende do estado do coração de cada um.Quero acrescentar, finalmente, que já não se tratavam de você.Quando, pela manhã, se viam pela primeira vez naquele dia, ele lhe perguntava:- Que fizeste de ontem para hoje? Hoje estás ainda mais linda do que ontem e mesmo mais linda do que estavas essas noites no sonho em que te vi…- Conta-me o teu sonho. Eu não te conto o meu porque sonhei com uma pessoa muito feia: sonhei contigo…Riam os dois, ele o seu riso cavo de gato mau, ela seu argentino riso de andorinha adolescente. Assim aconteceu na Primavera.(continua)

miércoles, 5 de diciembre de 2007

LA ESTACION DEL VERANO

PARTE NUEVE

La estación del verano

Este capitulo es un capitulo corto porque le verano paso muy deprisa con el sol ardiente y sus noches llenas de estrellas. Siempre es rapido el tiempo de la felicidad .El tiempo es un ser difícil, cuando queremos que se prolongue, sea lento y se demore, el corre deprisa, ni sentimos el correr de las horas, cuando queremos que vuele deprisa, más rapido que el pensamiento, porque sufrimos, porque estamos en un mal momento, el se vuelve lento, largo es el desfilar de las horas.
Corto fue el tiempo de verano para el gato y la golondrina. Gozaron compartiendo esos paseos vagabundos por el parque,con largas conversaciones a la sombra de los arboles, con sonrisas, con palabras murmuradas, con miradas timidas compartiendo expresiones, con algunos enfados tambien…
Nose si enfados seria la palabra correcta. Voy a explicar: a veces la golondrina encontraba al gato un poco abatido, con sus bigotes mustios, y sus ojos aun mas pardos. La causa no era otra sino que: la golondrina salía con el ruiseñor, con el conversaba o tenía clases de canto- el ruiseñor era el profesor. La golondrina no comprendia la actitud del gato, aquellas repentinas tristezas que se prolongaban en silencios difíciles. Entre ella y el gato jamas habian compartido una palabra de amor, además, por otro lado, la golondrina, según se dice, consideraba al ruiseñor un hermano.
Un día, dia que la clase de canto se alargo mas que el tiempo de costumbre- cuando los bigotes del gato estaban tan marchitos que tocaban el suelo, ella le pidio explicaiones de aquella tristeza.
El gatp resòndio:
- Si yo no fuese gato, te pediria que te casases conmigo…
- La golondrina se quedo callada, en un silencio de profunda noche. Sorprendida? –no lo creo, ella ya habia adivinado lo que pasaba en el corazón del gato. Enfadada? No lo creo tampoco, aquellas palabras fueron agradables en su corazón. Mas tenía miedo. El eraun gato y los gatos son enemigos irreconciliables de las golondrinas.
- Voló cerca sobre el gato manchadom lo toco levemente con su ala izquierda, el podia oir los latidos del pequeño corazón de la golondrina Sinhá. Ella comenzó a elevarse, y desde lejos lo miro, era el último día de verano.

CONTINUARA...

Este é um capítulo curto porque o Verão passou muito depressa com o seu sol ardente e suas noites plenas de estrelas. É sempre rápido o tempo da felicidade. O Tempo é um ser difícil. Quando queremos que ele se prolongue, seja demorado e lento, ele foge às pressas, nem se sente o correr das horas. Quando queremos que ele voe mais depressa que o pensamento, porque sofremos, porque vivemos um tempo mau, ele escoa moroso, longo é o desfilar das horas.Curto foi o tempo do Verão para o Gato e a Andorinha. Encheram-no com passeios vagabundos, com longas conversas à sombra das árvores, com sorrisos, com palavras murmuradas, com olhares tímidos porém expressivos, com alguns arrufos também…
Não sei se arrufos será a palavra precisa. Explicarei: por vezes a Andorinha encontrava o Gato abatido, de bigodes murchos e olhos ainda mais pardos. A causa não variava: a Andorinha saíra com o Rouxinol, com ele conversara ou tivera aula de canto – o Rouxinol era o professor. A Andorinha não compreendia a atitude do Gato Malhado, aquelas súbitas tristezas que se prolongavam em silêncios difíceis. Entre ela e o Gato jamais havia sido trocada qualquer palavra de amor, e, por outro lado, a Andorinha, segundo disse, considerava o Rouxinol um irmão.Um dia – dia em que a aula de canto se prolongara além do tempo costumeiro – quando os bigodes do Gato estavam tão murchos que tocavam o solo, ela lhe pediu explicação daquela tristeza. O Gato Malhado respondeu:- Se eu não fosse um gato, te pediria para casares comigo…A Andorinha ficou calada, num silêncio de noite profunda. Surpresa? – não creio, ela já adivinhara o que se passava no coração do Gato. Zangada? – não creio tampouco, aquelas palavras foram gratas ao seu coração. Mas tinha medo. Ele era um gato e os gatos são inimigos irreconciliáveis das andorinhas.Voou rente sobre o Gato Malhado, tocou-o de leve com a sua asa esquerda, ele podia ouvir os latidos do pequeno coração da Andorinha Sinhá. Ela ganhou altura, de longe ainda o olhou, era o último dia de Verão.

martes, 4 de diciembre de 2007

LA ESTACION DEL OTOÑO

PARTE DIEZ
La estacion del otoño.
El otor día, el otoño llego, derrumbando las hojas de los arboles. El viento se sentia frio, y para calentarse corria silbando por el parque. El otoño taria consigo un caudal de nubes y con ellas pinto el cielo de colores cenicientos (de las cenizas). no solo era el paisaje El viento se sentia frio, y para calentarse corria silbando por el parque. El otoño taria consigo un caudal de nubes y con ellas pinto el cielo de colores cenicientos (de las cenizas).no solo era el paisaje que se modificaba con el correr de las estaciones, como ciertamente percibio el culto y talentoso lector. Tambien la actitud de los habitantes del parque , en relación al gato manchado, habia sufrido un sensible cambio.no era que habia dejado de sentir rabia, tampoco era que le habian perdonado los agravios anteriores: pero ahora ya no sentian miedo de èl, como lo probaban las murmuraciones y habladurías sobre su caso con la golondrina Sinhá, comentarios que de timidos murmullos se trasformaron en grandes rumores. Recordemos que antes temian solo en cuanto el gato manchado abria un ojo. Como explicar entonces que ya no le temiesen, que comentasen abiertamente sus paseos con a golondrina?

Es que el gato durante la primavera y el verano vivio alegre y satisfecho. No amenazaba mas a otros seres vivos, ya no despedasaba más a las flores con patadas, no encrespaba los pelos del lomo cuando se arcercaba a algun extraño y ya no repelia a los perros erizando los bigotes, insultandolos entre los dientes. Se convirtió en un ser blando y amable, era el primero en dar cumplidos a los otros habitantes del parque, el que antiguamente no respondia a los timidos buenos dias que le dirigian.

No puedo aventurarme y afirmar que el mismo cultivo, en aquella epoca, buenos y generosos sentimientos. La verdad es que el gato continuaba con fama de sujeto malo e intratable. Los habitantes del parque, ante la actual amabilidad del gato manchado, habian concluido que, si bien el era malo, ya no era muy peligroso. Talvez se estaba volviendo viejo, sin fuerzas, y por eso estab intentando rehabiltarse. Le perdieron el miedo…

La fama de ruin del gato era antigua y arraigada. Como podria ellos entender que el gato cambiase desde que la golondrina entrara en su vida? Como entender que bajo esa cascara gruesa,bajo ese pero erizado del gato latia un tierno corazón?
Tan tierno, que aquel primer dia de otoño, fuera a encontrar al manchado escribiendo un soneto.

Cubierto con un pesado manto de lana (el gato era muy friolento) contaba silabas con los dedos y procuraba rimas de un grueso diccionario. Si, hasta un soneto le escribio.
No solo con un manto contra el frio se cubria ellgato manchado en aquella mañana de lirica inpiración: tambien se cubria con el manto del amor. La poesia no solo esta en los versos. A veces ella esta en el corazón, y es enorme, a punto de no caber en las palabras.

Soneto del amor imposible
Para mi adorada golondrina Sinhá


La golondrina Sinhá
La golondrina sinhá
La golondrina abrio sus alas y voló.
Vida triste mi vida,
No se cantar y no se volar,
No tengo alas ni plumas,
No se sonetos escribir.
Amo mucho a la golondrina,
Con ella me quiero casar.
Pero la golondrina no quiere,
Conmigo no puede casarse
Porque soy un gato manchado, ai!


CONTINUARA…

A estação do Outono



No outro dia, o Outono chegou, derrubando as folhas das árvores. O Vento sentia frio, e, para esquentar-se, corria zunindo pelo parque. O Outono trazia consigo uma cauda de nuvens e com elas pintou o céu de cores cinzentas. Não era só a paisagem que se modificava com o correr das estações, como certamente percebeu o culto e talentoso leitor. Também a atitude dos habitantes do porque, em relação ao Gato Malhado, havia sofrido sensível mudança. Não que houvessem deixado de ter-lhe raiva, não que lhe houvessem perdoado os agravos antigos. Mas já não sentiam medo dele, como o provavam as murmurações sobre o seu caso com a Andorinha, murmurações que de tímidos cochichos transformaram-se em obstinado rumor. Recordemos que antes, tremiam todos apenas o Gato Malhado abria o olho. Como explicar então que não mais o temessem, que comentassem quase abertamente seus passeios com a Andorinha?É que o Gato, durante a Primavera e o Verão, vivera alegre e satisfeito. Não ameaçara os demais viventes, não despedaçara flores com patadas, não encrespara os pêlos do dorso à aproximação de estranhos e não repelira os cães eriçando os bigodes, insultando-os entre dentes. Tornara-se um ser brando e amável, era o primeiro a cumprimentar os outros habitantes do parque, ele que antigamente quase nunca respondia aos medrosos bons-dias que lhe dirigiam.Aventurar-me-ei mesmo a afirmar que ele cultivou, naquela época, bons e generosos sentimentos.A verdade é que o Gato continuava com fama de sujeito mau e intratável. Os habitantes do parque, todavia, haviam concluído, ante a actual amabilidade do Gato Malhado que, se bem ele fosse mau, já não era muito perigoso. Devia estar ficando velho, sem forças, e por isso procurava reabilitar-se. Perderam-lhe o medo. (…)A fama ruim do gato Malhado era antiga e arraigada. Como poderiam eles compreender que o Gato mudara desde que a Andorinha entrara em sua vida? Como entender que sob a casca grossa, sob o pêlo eriçado do Gato pulsava um terno coração?Tão terno, que aquele primeiro dia de Outono foi encontrar o Malhado escrevendo um soneto. Coberto com um pesado manto de lã (o Gato era muito friorento), contava sílabas nos dedos e procurava rimas num grosso dicionário. Sim, até um soneto ele escreveu.Não apenas com um manto contra o frio cobria-se o Gato Malhado naquela manhã de lírica inspiração: cobria-se também com o manto do amor. A poesia não está somente nos versos, por vezes ela está no coração, e é tamanha, a ponto de não caber nas palavras.
Soneto do Amor ImpossívelPara a minha adorada Andorinha SinháA Andorinha SinháA Andorinha SinhôA Andorinha bateu asas e voou.Vida triste minha vida,não sei cantar nem voar,não tenho asas nem penas,não sei soneto escrever.Muito amo a Andorinha,com ela quero casar.Mas a Andorinha não quer,comigo casar não podeporque sou gato malhado, ai!
(continua)

lunes, 3 de diciembre de 2007

CONTINUACION DE LA ESTACION DEL OTOÑO

PARTE ONCE
Continuación de la estacion del otoño.

Criticado, discutido y juzgado el soneto del gato manchado, volvamos a nuestra historia. Lo que equivale además, a continuar con el soneto pues no lo cite por si acaso, si porque ese soneto tiene que ver con el desarrollo de los acontecimientos.
Sucedios asi: en el último día de verano, después de aquella cena ente la golondrina y el gato, el tuvo una larga conversación con la lechuza. De todas las criaturas del parque, la lechuza era la unica que estimaba al gato Manchado, como ya fue dicho. En aquella noche después de lo ocurrido, la golondrina no volvio. El gato intento comprender lo que estaba sucediendo con ella, entre que sentimientos contradictorios se debatia. Envuelto en tristeza y soledad, resolvio ir a conversar con la luchuza. Ella despertaba de su sueño de anciana y abria los ojos para la noche, su amiga querida.


El gato se sento sobre un gancho del árbol donde vivia la lechuza, primero hablaron de cosas indiferentes. Luego la lechuza siendo adivina, percibio lo que traia al gato manchado hasta su casa. Fue franca:
No solo le conto los rumores del parque (que pisieron al gato casi loco de furia)
Y por fin le dio su opinión:
Viejo amigo, no hay nada que hacer. Como te pudiste imaginar que la golonrina te iba a aceptar como marido? Nunca ha habido un caso asi, incluso si ella te amase.- y quien te afirma que ella te ame? – jamas podria casarse contigo. Desde que el mundo es el mundo, las golondrinas tienen prohibido casarse con gatos.


Esa prohibición es mas que una ley y esta implantada con profundas raices en el corazón de las golondrinas.


Dices que ella gusta de ti, que si dependiece de su voluntad… puede ser, te creo seguro que si. Pero mas fuerte para ella, debe respetar la ley de las golondrinas. Porque esta dentro de ella desde su mas viejo abuelo, desde la primera golondrina. Y para romper una ley, es preciso una revolución…
Finalizo, balanceando su cabeza:
En todo caso, sería hasta bueno que sucediese una revolucioncita… Estamos necesitandola.
El gato manchado no dijo nada. Ni el mismo que amaba a la golondrina y que soñaba tenerla a su lado. Olvidaría que las golondrina durmen en nidos sobre los arboles, en cuanto los gatos duermen en el suelo sobre trapos abandonados. Se despidio de la lechuza sin comentar sus palabras. Llegando a casa, comenzo a escribir el celebre soneto. En su elaboraciónllevo toda la noche y parte de la mañana siguiente. Todo lo que consiguió realizar fue la pieza ya juzgada y condenada.


No obstante, en aquel primer dia de otoño encontro a la golondrina. Ella estaba seria, ya no sonreia, no exhibia la sutil alegria de siempre, aquel aire de disponibilidad que era su mayor encanto.


Tampoco el gato manchado conseguia esconder su tristeza, le pesaban en el corazón las palabras de la lechuza. Caminaron en silencio, recorriendo los lugares en los que habian estado en la primavera y en el verano.
Una y otra vez intercambiaban palabras sueltas, pero ambos tenian ese aire de querer evitar un asunto que era inebitable.


Llego la hora en que la golondrina tenía que partir. El Gato le entrego su soneto. Ella volo,muchas veces miro hacia atrás, girando su gentil cabecita para verlo, tenía lagrimas en los ojos.
Al día siguiente, - ese fue el día más largo del otoño- ella no apareció. Inútilmente el rondó en las cercanias del árbol donde ella vivia, pero no la vio. Esa noche recordo los rumores del parque y entonces corrio como pato negro, l emetio un susto casi mortal al papagayo (que rezaba sus oraciones nocturnas), rasguño el hocico del perro diamarques, robo los huevos en el gallinero – y para colmo de maldad- no los robo para comerselos, sino para tirarlos en el campo. El temor al gato manchado volvio a habitar en el parque y las murmuraciones ruidosas se transformaron en susurros secretos.


En el tercer dia de otoño, la paloma mensajera le trajo desde muy lejos (tuvo el coraje para aproximarse) una carta. El gato la leyo tantas veces hasta que se la aprendio de memoria. Una carta triste y definitiva enviada por la golondrina Sinhá. Una golondrina jamas puede casarse con un gato. Decía tambien que ellos no debian juntarse más. En compensación decia que jamás fue tan feliz excepto en el tiempo en que vagabuendeaba con el gato manchado en el parque. Y terminaba:
Siempre tuya Sinhá.


Ella habia jurado no volver a verlo mas. Pero como ya dije y ahora repito, juramento de golondrina no merece confianza.Volvieron a pasear por el parque, a ir a los rincones que que habian descubierto durante la primavera. Solo que ahora csi no conversaban, era como si existiera una invisible cortina que los separaba.


Fue asi como paso todo el otoño,un tiempo gris, en el que los arboles se iban despidiendo de las hojas y el cielo se iba despidiendo del azul. Como el gato manchado volvio a ser temido y nuevamente volvio a vivir aislado de todos, sin conversar con nadiem no sabia que enla casa de la golondrina trabajaban seis arañas costureras que preparaban el ajuar de la joven novia. El casamiento del ruiseñor con la golondrina Sinhá estabafechado para el comienzo del invierno.
En el último día del otoño, dia humedo y ventoso, seguido por un viento que congelaba de frio, la golondrina quiso ir a todos los lugares que habia aprendido a amar en la primavera y en el verano.


Estaba extrañamente ruidosa y habladora, tierna y llena de dulcura, como si se hubiese abierto de repente la cortina que la separaba del gato manchado, como si hubiese traspasado de subito la distancia que les distanciaba. Era la misma golondrina de la primavera y del verano, un poco loca, y el gato la contemplaba conmovido.
Estuvieron juntos hasta que llego la noche. Entonces ella le dijo que esta sería la ultima vez que se verian, que se iba a casr con el ruiseñor, porque? Porque una golondrina no se puede casar con un gato.


Com ya lo habia hecho un cierto día, volo sobre el en un vuelo rasante, lo toco con el ala izquerda- Era su manera e besar- y esta vez el no pudo oir el latido de su pequeño corazón de golondrina, eran muy debiles sus latidos. Por los aires ella se fue, esta vez no miro hacia atrás.

CONTINUARÁ...


Criticado, discutido e julgado o soneto do Gato Malhado, volvamos à nossa história. O que equivale, aliás, a continuar com o soneto pois não o citei por acaso e, sim, porque ele teve que ver com o desenrolar dos acontecimentos.Passou-se assim: no último dia de Verão, após aquela cena entre a Andorinha e o Gato, este teve uma longa conversa com a coruja. De todas as criaturas do parque, a Coruja era a única que estimava o Gato Malhado, como já foi dito. Naquela noite, após o corrido, a Andorinha não voltara. O Gato tentou compreender o que estava se passando com ela, entre que sentimentos contraditórios se debatia. Envolto em tristeza e solidão, resolveu ir conversar com a Coruja. Esta acordava do seu sono de anciã e abria os olhos para a Noite, sua amiga querida.O Gato sentou sobre um galho da jaqueira, ao lado da Coruja, e falaram primeiro de coisas indiferentes. Porém a Coruja, sendo adivinha, percebera o que trouxera o Malhado até ali. Foi franca: não só lhe contou as murmurações do parque (que puseram o Gato quase louco de furor) como lhe deu, por fim, sua opinião:- Amigo velho, não há que fazer. Como pudeste imaginar que a Andorinha viesse te aceitar como marido? Nunca houve caso… Mesmo se ela te amasse – e quem te afirma que ela te ame? – jamais poderia casar contigo. Desde que o mundo é mundo, às andorinhas é proibido casar com gatos. Essa proibição é mais do que uma lei e está plantada com fundas raízes no coração das andorinhas. Dizes que ela gosta de ti, que se dependesse de sua vontade… Pode ser, acredito mesmo que sim. Mais forte que ela, porém, á a lei das andorinhas. Porque está dentro dela desde o seu mais velho avô, desde a primeira andorinha. E para romper uma lei, é preciso uma revolução…Completou, balançando a cabeça:- Aliás, era até bom que acontecesse uma revoluçãozinha… Estamos necessitando.O Gato Malhado não disse nada. Nem mesmo que gostava da Andorinha e que sonhara tê-la ao seu lado no pedaço roto de veludo. Esquecera que as andorinhas dormem em ninhos sobre as árvores, enquanto os gatos dormem pelo chão sobre trapos abandonados. Despediu-se da Coruja sem comentar suas palavras. Chegando a casa, começou a escrever o célebre soneto. Em sua elaboração levou toda a noite e parte da manhã seguinte. Tudo que conseguiu realizar foi a peça já julgada e condenada.Não obstante, naquele primeiro dia de Outono encontrou a Andorinha. Ela estava séria, não sorria, não exibia a leve alegria de sempre, aquele ar de disponibilidade que era o seu maior encanto. Também o Gato Malhado não conseguia esconder a tristeza, pesavam-lhe no coração as palavras da Coruja. Andaram em silêncio, percorrendo lugares onde haviam ido na Primavera e no Verão. Uma ou outra vez trocavam palavras soltas, mas tinham ambos o ar de quem quer evitar um assunto que se impõe.Chegou a hora da Andorinha partir. O Gato entregou-lhe o soneto. Ela voou, muitas vezes voltou a gentil cabecinha para vê-lo, tinha lágrimas nos olhos.No dia seguinte – ai, foi o dia mais longo do Outono – ela não apareceu. Inutilmente ele rondou nas proximidades da árvore onde ela residia, não a viu. Nessa noite lembrou-se das murmurações do parque e então correu com o Pato Preto, meteu um susto quase mortal no Papagaio (que rezava suas orações nocturnas), arranhou o focinho do Cão Dinamarquês, furtou ovos no galinheiro e – cúmulo da maldade – não os furtou para comê-los e, sim, para largá-los no campo. O temor ao Gato Malhado voltou a habitar o parque e as murmurações ruidosas amorteceram-se em cochichos segredados.No terceiro dia do Outono, o Pombo-Correio atirou-lhe de longe (cadê coragem para aproximar-se?) uma carta. O Gato a leu tantas vezes que até a aprendeu de memória. Uma carta triste e definitiva enviada pela Andorinha Sinhá. Uma andorinha não pode jamais casar com um gato. Dizia também que eles não deviam mais se encontrar. Em compensação falava que jamais fora feliz excepto no tempo em que vagabundeava com o Gato Malhado pelo parque. E terminava: da sempre tua Sinhá. Ela tinha jurado não mais o ver. Mas como já disse e agora repito, juramento de andorinha não merece confiança. Voltaram a passear pelo parque, a ir aos recantos que haviam descoberto durante a Primavera. Só que agora quase não conversavam, era como se uma invisível cortina os separasse.Foi assim que passaram todo o Outono, um tempo cinzento em que as árvores iam se despindo das folhas e o seu ia se despindo do azul. Como o Gato Malhado voltara a ser temido e novamente vivia isolado de todos, sem conversar com ninguém, não sabia que na casa da Andorinha trabalhavam seis aranhas costureiras que preparavam o enxoval da jovem noiva. O casamento do Rouxinol com a Andorinha Sinhá estava marcado para o começo do Inverno.No derradeiro dia do Outono, dia húmido e enevoado, percorrido por um vento que soluçava de frio, a Andorinha quis ir a todos os lugares que haviam aprendido a amar na Primavera e no Verão. Estava estranhamente faladora e ruidosa, terna e cheia de dengue, como se houvesse aberto de repente a cortina que a separava do Gato Malhado, como se houvesse de súbito transposto a distância que entre eles tinha se delimitado. Era a mesma Andorinha Sinhá da Primavera e do Verão, um pouco louca, e o Gato Malhado a contemplava comovido.Andaram até que a Noite chegou. Então ela lhe disse que aquela tinha sido a última vez, que ia casar-se com o Rouxinol porque, ai!, porque uma Andorinha não pode casar-se com um Gato. Como já o fizera certo dia, voou sobre ele num voo rasante, tocou-lhe com a asa esquerda – era a sua maneira de beijar – e ele não pôde desta vez ouvir o bater do pequeno coração da Andorinha, tão fracos eram os seus latidos. Pelos ares ela se foi, não olhou para trás.(continua)